jueves, 30 de julio de 2009

Tertulia en la Ciudad de México, Encuentro con las familias y Mons. Javier Echevarría Prelado del Opus Dei.


























Ordenaciones Sacerdotales de los Heraldos del Evangelio.

El pasado lunes, Mons. José Maria Pinheiro, Obispo de Bragança Paulista, ordenó 12 sacerdotes y 10 diáconos en la Iglesia Nuestra Señora del Rosario de los Heraldos del Evangelio.






El pasado lunes 20 -festividad de San Elías Profeta- fueron ordenados 14 nuevos sacerdotes y 10 nuevos diáconos de los Heraldos del Evangelio.






La ceremonia fue presidida por Monseñor José María Pinheiro, obispo de Bragança Paulista, diócesis en donde está localizado el seminario internacional de los Heraldos del Evangelio. La iglesia Nuestra Señora del Rosario ubicada dentro del seminario fue el templo que acogió a numeroso público, proveniente no sólo del Brasil sino de varios países.
Monseñor Pinheiro estuvo acompañado por Monseñor Benedicto Beni Dos Santos obispo de Lorena (Estado de Sao Paulo), Monseñor Joao Clá EP fundador y presidente de los Heraldos del Evangelio, y más de cincuenta sacerdotes concelebrantes de la Santa Misa, venidos del Brasil y de numerosos países.





Los nuevos clérigos proceden de Brasil, Argentina, Canadá, Colombia, Costa Rica, España y Portugal, quienes jurídicamente pertenecen a la Sociedad de Vida Apostólica de Derecho Pontificio Virgo Flos Carmeli (Virgen Flor del Carmelo) que fuera recientemente aprobada por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. En esa misma oportunidad fue aprobada la Sociedad de Vida Apostólica Regina Virginum (Reina de las Vírgenes), correspondiente a la rama femenina de los Heraldos.

Monseñor José María Pinheiro durante su homilía se dirigió a los presentes, recordando la Carta que la Conferencia Nacional de los Obisos del Brasil (CNBB) dirigiera a los presbíteros, en donde los alienta a ser verdaderos puentes que unan a la humanidad con Dios, con una entrega sin reserva al servicio de Jesucristo, que se entiende como la dedicación total del sacerdote al ejercicio del ministerio.

Por su parte Monseñor Joao Clá al final de la ceremonia se dirigió a los presentes: "Vayan mis palabras de agradecimiento –en nombre de todos los Heraldos y de todos los que hoy fueron ordenados- para Mons. José María Pinheiro, por el cariño, el afecto y tanta paternalidad que Vuestra Excelencia ha demostrado con nuestra presencia aquí, en la diócesis de Bragança Paulista."








"Vuestra Excelencia escribía uno de estos días elogios a los Heraldos del Evangelio pero, nosotros escribiremos un día, un libro de elogios a Vuestra Excelencia, porque son tantas y variadas las circunstancias en las cuales Mons. José María nos ha asistido, nos ha ayudado, nos ha orientado que daría, de hecho para completar un volumen.

No puedo decir menos de nuestro Monseñor Benedicto Beni dos Santos, que es nuestro mentor, orientador, superior de nuestros estudios. Un hombre muy preparado, no sólo con títulos, porque muchas veces los títulos no dicen enteramente la realidad. Lo que transmite la realidad, es la persona, la persona que oí ser elogiada por otros obispos. Uno de ellos me dijo: “Hizo un retiro de una semana sin ningún papel, tenía todas las citaciones en la memoria y arrebataba a los retirantes con su modo de hacer el retiro. Para mí no fue novedad, porque Monseñor Beni siempre estuvo con nosotros y siempre nos orientó en nuestros estudios”.











Monseñor Joao Clá también agradeció la presencia de los numerosos sacerdotes de todos los rincones y finalizó con unas palabras todas ellas de cariño para los familiares de los sacerdotes y diáconos recién ordenados, y para las autoridades civiles y religiosas: "Agradezco también la presencia de los familiares que asistieron hoy a esta ceremonia, que nos da un enorme placer porque el convivio es algo que fue instituido por el propio Dios, al darnos el instinto de sociabilidad. Porque es en el convivio que las gracias más sensibles se distribuyen y, sobre todo el convivio en una ceremonia. Porque este convivio en una ceremonia, trae un beneficio para las propias personas que participan. El propio Pío XI decía que las ceremonias litúrgicas eran más importantes que los documentos pontificios. Los documentos pontificios son leídos por algunos entendidos y después se evaporan con el tiempo y la Historia pero la liturgia, la ceremonia, por el contrario es repetida muchas veces y aquello marca el alma de las personas que asisten. Y estar aquí, con todos, ya sean personalidades eclesiásticas, civiles, religiosas, militares, y también con las familias de todos los que fueron ordenados, es para nosotros un convivio en torno a un Sacrum Convivium -un Sagrado Banquete- que es la celebración de la Santa Misa.

Manifiesto aquí la gratitud de todos y de cada uno, para nuestros celebrantes y concelebrantes y todos los que en esta ceremonia participaron y les deseo todo tipo de gracias en retribución por el apoyo que le dieron a ésta", concluyó.