miércoles, 9 de septiembre de 2009
Consagración diaria.
Oh! Señora mía
¡Oh, Señora mía! ¡Oh, Madre mía! Yo me ofrezco del todo a Vos; y en prueba de mi filial afecto, os consagro en este día mis ojos mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo vuestro, Madre de bondad, guardadme y defendedme como cosa y posesión vuestra. Amén.